Artículos sobre Psicología Infantil

Consejos, estrategias y herramientas para acompañar a los niños en su bienestar emocional y desarrollo

Trastornos del sueño en niños pequeños, ¿pueden afectar su crecimiento?

Estudios muestran que la hormona de crecimiento se libera en mayor cantidad durante el sueño profundo, por lo que problemas de sueño constantes pueden afectar la estatura.

Los padres de Ian comenzaron a preocuparse por su estatura cuando al cumplir los 4 años, su hermano menor lo estaba pasando. Comparado con sus compañeros de clase era el más pequeño a pesar de que él era el mayor en edad. Decidieron consultar con su pediatra y este, a la vez, sugirió una consulta con endocrinología. Se hicieron los chequeos para valorar si tenía problemas con la hormona de crecimiento. Una de las preguntas que les hizo el endocrinólogo era si el niño estaba durmiendo bien. Sus padres no comprendieron la razón que lo llevaba a asociar el crecimiento con el sueño.

 

¿Hay alguna conexión entre el sueño y el crecimiento?

Las hormonas del crecimiento son producidas por la glándula pituitaria, que trabaja en conexión con el hipotálamo (parte del cerebro que tiene a su cargo la regulación del sueño). Algunos estudios han encontrado que hay una conexión entre la falta de sueño y la producción normal de la hormona del crecimiento pero aún no está claro si una es causal del otro.
Un grupo de investigadores afirma que si bien la hormona de crecimiento es liberada durante todo el día, es cierto que se libera en cantidades más altas durante la fase de sueño profundo. Problemas aislados de sueño no necesariamente tendrían impacto sobre el crecimiento pero si el problema es constante, sí lo pudiera tener. Menos horas de sueño, sueño interrumpido, terrores nocturnos, entre otros problemas de sueño, se han encontrado en chicos con baja estatura.

 

¿Es tan importante la calidad de sueño?

El sueño es una de las más importantes actividades restauradoras de nuestro cerebro indispensable para nuestra supervivencia. Es un proceso neurofisiológico altamente organizado y complejo, que normalmente funciona sin necesidad de ayuda exterior, pero en algunos casos se altera su normalidad produciendo una cadena de consecuencias entre las cuales, la lentificación del proceso de crecimiento, puede ser una de ellas. Muchas veces un niño con problemas de sueño también tiene paralelamente problemas de apetito o de resistencia a probar alimentos nuevos o variados, lo cual afecta el crecimiento también.

¿Qué alteraciones puede haber en el sueño?

El sueño puede alterarse en cantidad y en calidad. De acuerdo a la etapa de desarrollo en la que se encuentra un niño, el tiempo que duerme al día es muy importante. Los bebés recién nacidos duermen alrededor de 18 horas. Al año ya bajan a 14 horas. Es la etapa preescolar duermen entre 10 y 12 horas. De ahí en adelante, generalmente 8 horas son suficientes. Dormir menos o más horas, dormir con interrupciones frecuentes, con pesadillas o terrores nocturnos, tener sueños actuados, bruxismo o ronquidos fuertes afecta la calidad reparativa del cerebro y paralelamente a funciones hormonales e inmunológicas conectadas con el sistema límbico. Niños con alteraciones del sueño tienden a enfermarse con facilidad también.

¿Afectan las alteraciones del sueño a la familia?

Los padres son los más afectados por los trastornos del sueño de sus hijos. Pasar día tras día, semana tras semana con sueños interrumpidos, por sueños actuados, pesadillas, temores nocturnos, visitas a media noche, pasan la factura en el estado de ánimo generado padres irritables, impacientes, con bajo rendimiento en el trabajo y poco eficiencia educativa, cerrando el círculo vicioso.

 

Síntesis y recomendaciones

Cuando un niño tiene problemas de sueño no deberían esperar a llegar a un punto crítico, sino buscar ayuda pertinentemente a tiempo. Se pueden mejorar las condiciones del sueño bajando situaciones conflictivas y estresantes, organizando horarios de acostarse, haciendo ejercicio físico, baños y masajes con lavanda, mezclando la leche con té de lechuga pueden ayudar a mejorar las condiciones de sueño. Los padres necesitan asesorarse y mantenerse apoyados en paz y ciencia, que son el mejor camino para vencer el problema.